Transexualidad: ¿Identidad de género o trastorno psicológico?
En el pasado, las conductas, orientaciones e identidades sexuales no heteronormativas eran consideradas como problemas psicológicos. Sin embargo, a lo largo del tiempo, los colectivos minoritarios han ganado mayor aceptación social y los estudios indican que no padecen patologías. Aunque la homosexualidad y la bisexualidad han sido más aceptadas en comparación con la identidad sexual, específicamente la transexualidad, aún existe cierta controversia y falta de comprensión en torno a este tema.
La transexualidad y su definición
La transexualidad se refiere a una persona que siente una incongruencia entre su sexo biológico y su identidad de género. Es importante destacar que el género no se limita únicamente a lo biológico, sino que es una construcción social y cultural que influye en cómo nos percibimos a nosotros mismos y cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea.
La identidad de género es en gran medida influenciada por la sociedad y la cultura en la que vivimos. A medida que vamos creciendo, internalizamos los roles y las expectativas de género que nos son impuestas por nuestra familia, educación y entorno social. Sin embargo, para algunas personas, estas expectativas no se alinean con su propia identidad de género, lo que puede generar un conflicto interno y una sensación de disconformidad con su propio cuerpo.
La disforia de género y su relación con la transexualidad
La transexualidad ha sido considerada un trastorno debido a la disforia de género, que es el malestar y la frustración que una persona siente en relación a su propio cuerpo que no se corresponde con su identidad de género. Sin embargo, es importante tener en cuenta que no todos los transexuales experimentan una disforia de género intensa. Algunas personas pueden vivir su identidad de género de manera más fluida, sin experimentar un malestar significativo.
Diversas investigaciones argumentan que la transexualidad no es un trastorno, ya que tener una identidad divergente con la biológica no es patológico. De hecho, considerar la transexualidad como un trastorno causa daño y estigmatización, promoviendo la transfobia y la desigualdad. Además, se ha demostrado que las personas trans que reciben tratamiento adecuado experimentan una mejora significativa en su calidad de vida.
El cambio en la clasificación de la transexualidad
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dejará de considerar la transexualidad un trastorno mental en la próxima edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11). En su lugar, será considerada una condición relativa a la salud sexual bajo el nombre de “incongruencia de género”. Este cambio refleja una mayor comprensión y aceptación de la diversidad de identidades de género y busca promover el respeto y la igualdad para las personas trans.
Aunque en el pasado se consideraba un trastorno, diversos estudios indican que no es patológico y que el tratamiento adecuado puede mejorar la calidad de vida de las personas trans. La transexualidad dejará de ser clasificada como un trastorno mental por la OMS, lo que refleja un cambio positivo hacia una mayor comprensión y aceptación de la diversidad de identidades de género.