Modifica tu conducta con la economía de fichas
La economía de fichas es una técnica de modificación de conducta que se basa en el concepto de reforzamiento del condicionamiento operante. Consiste en recompensar ciertas acciones y desincentivar otras mediante el uso de fichas, que luego pueden ser intercambiadas por reforzadores apetecibles para el sujeto. Este método utiliza un sistema de registro para controlar la realización de la conducta y se divide en tres fases: establecimiento del programa, puesta en marcha y finalización.
Establecimiento del programa
En la fase de establecimiento del programa, se explica el procedimiento de la economía de fichas y se establecen las reglas claras y precisas. Es importante que todas las partes involucradas en el programa, ya sea el terapeuta, el profesor o los padres, estén de acuerdo en las metas a alcanzar y en las recompensas que se utilizarán.
Es esencial que se establezcan criterios específicos para ganar fichas, así como para perderlas. Estos criterios deben ser claros y comprensibles para el sujeto, de manera que sepa exactamente qué comportamientos se esperan y cuáles se deben evitar. Además, se debe explicar el valor de cada ficha y qué reforzadores pueden ser adquiridos con ellas.
Puesta en marcha
Una vez establecido el programa, se inicia la fase de puesta en marcha. Durante esta etapa, se otorgan fichas al sujeto según la conducta registrada. Es importante tener en cuenta que las fichas deben ser entregadas de manera inmediata y consistente, de manera que se refuerce la conducta deseada de forma efectiva.
Es fundamental utilizar un sistema de registro adecuado para llevar un seguimiento preciso de la conducta. Esto puede ser a través de una hoja de registro en papel, una aplicación móvil o cualquier otro medio que permita registrar las conductas y el número de fichas otorgadas. De esta manera, se puede evaluar el progreso del sujeto y realizar ajustes en el programa si es necesario.
Finalización
La fase de finalización tiene como objetivo ir reduciendo y ajustando el sistema de fichas a medida que el sujeto va adquiriendo la conducta deseada de forma consistente. Se pueden establecer diferentes estrategias para lograr esto, como disminuir gradualmente el número de fichas otorgadas por cada comportamiento o aumentar la dificultad de los criterios para ganar fichas.
Es importante tener en cuenta que la finalización del programa no significa que se deba eliminar por completo el sistema de fichas. En algunos casos, puede ser necesario mantener un sistema de recompensas intermitentes para mantener la conducta deseada a largo plazo.
Aplicaciones de la economía de fichas
La economía de fichas puede ser aplicada tanto en ámbitos individual como colectivo. En el ámbito clínico, se utiliza para tratar trastornos mentales como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), el trastorno del espectro autista (TEA) y la conducta disruptiva.
En el ámbito educativo, esta técnica se utiliza para mejorar el comportamiento de los estudiantes. Se ha demostrado que la economía de fichas es efectiva para promover conductas positivas en el aula, como la participación, el respeto a las normas y el cumplimiento de tareas.
Además, la economía de fichas también puede ser utilizada a nivel particular para cambiar hábitos. Por ejemplo, una persona puede utilizar esta técnica para dejar de fumar, hacer ejercicio regularmente o mejorar su alimentación.
La economía de fichas es una técnica de modificación de conducta que se basa en el reforzamiento del condicionamiento operante. Consiste en recompensar y desincentivar acciones mediante fichas, que luego pueden ser intercambiadas por reforzadores apetecibles. Esta técnica se divide en tres fases: establecimiento del programa, puesta en marcha y finalización. Se utiliza en ámbitos clínico y educativo, así como a nivel particular para cambiar hábitos.