El poder destructivo de la murmuración y el poder sanador de la dulzura

En este artículo vamos a explorar dos conceptos fundamentales: el poder destructivo de la murmuración y el poder sanador de la dulzura. A lo largo de la historia, se ha creído que los seres humanos tienen tres vidas: la espiritual, la corporal y la civil. Sin embargo, es importante destacar que la murmuración puede arrebatar nuestra vida civil, mientras que la dulzura puede restaurarla y enriquecerla.

El poder destructivo de la murmuración

La murmuración es una especie de “homicidio” que nos hace perder la vida civil. A menudo va de la mano de la denigración y causa un daño profundo, deshonra y una muerte lenta en la persona afectada. El murmurador se esconde en las sombras para atacar a su víctima, revelando su cobardía y falta de valentía para enfrentar directamente los problemas o conflictos.

Es importante mencionar que los murmuradores suelen carecer de una vida personal plena y eligen destruir vidas ajenas para compensar su propia insatisfacción. Además, es común que los murmuradores sean personas envidiosas y de aspecto poco atractivo, ya que su propia inseguridad los lleva a buscar defectos en los demás.

La murmuración nunca es directa, se propaga como un rumor y se convierte en un “crimen sin criminal”. Al atribuir palabras o actos falsos a una persona con el objetivo de arruinar su reputación, el murmurador no solo daña a su víctima, sino que también se ensucia a sí mismo y se corrompe aún más.

Además, el murmurador está lleno de tensiones negativas como la envidia, la burla, la mezquindad, los celos, la arrogancia y el odio. Estas emociones tóxicas no solo afectan a la persona a la que se murmura, sino que también tienen un impacto negativo en la vida del murmurador.

El poder sanador de la dulzura

La dulzura, por otro lado, es una sensación de apego físico o sentimental hacia los seres humanos o hacia algo. Se caracteriza por la sencillez, la inocencia y la delicadeza. A diferencia de la murmuración, la dulzura protege, acompaña y desea el bien.

La dulzura tiene efectos positivos en los demás, ya que transforma y vitaliza a las personas y las cosas que toca. A pesar de los prejuicios que pueden existir, la dulzura no implica ingenuidad o debilidad de carácter, sino que es activa y poderosa. Es una cualidad que nos ayuda a comprender la vulnerabilidad de las personas y a aceptar su debilidad.

La dulzura nos salva cuando no tenemos nada más en qué sostenernos. Nos da la fuerza y el coraje para seguir adelante en momentos de dificultad y nos brinda la empatía necesaria para conectarnos con los demás de una manera auténtica y significativa.

Resumen

Por otro lado, la dulzura tiene un poder sanador que nos permite conectarnos con los demás de manera auténtica y restaurar nuestra vida civil. Es importante recordar que cada palabra que pronunciamos tiene un impacto, y podemos elegir utilizar nuestro poder de comunicación para construir y sanar en lugar de destruir.

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