El contracondicionamiento: técnicas para superar fobias y adicciones

El contracondicionamiento es una técnica psicológica basada en la orientación conductual que consiste en eliminar una respuesta indeseada y sustituirla por otra más apropiada mediante el uso de estímulos agradables. Esta técnica se utiliza frecuentemente en el tratamiento de miedos irracionales y adicciones tanto en humanos como en animales.

El origen del contracondicionamiento

El contracondicionamiento ha sido utilizado desde hace muchos años como una herramienta eficaz para tratar fobias y adicciones. Una de las primeras personas en utilizar esta técnica fue Mary Cover Jones, quien lo aplicó en el tratamiento de la fobia en un niño con miedo a los conejos. Jones expuso al niño al estímulo que provocaba su respuesta de miedo, mientras le presentaba otro estímulo opuesto que generaba una respuesta agradable.

Años más tarde, Joseph Wolpe popularizó la técnica del contracondicionamiento en la desensibilización sistemática, la cual busca reducir o eliminar respuestas de ansiedad y evitación ante un estímulo fóbico. Wolpe se basó en la ejecución de conductas incompatibles con la ansiedad, como la relajación muscular progresiva desarrollada por Edmund Jacobson.

La desensibilización sistemática

La desensibilización sistemática es una técnica utilizada en el contracondicionamiento que se ha utilizado ampliamente en el tratamiento de fobias. Consiste en exponer gradualmente a la persona al estímulo que provoca su respuesta indeseada, mientras se le presenta otro estímulo que genere una respuesta opuesta y agradable.

La eficacia de la desensibilización sistemática ha sido objeto de debate en la comunidad científica. Algunos investigadores han cuestionado si su efectividad se debe realmente al contracondicionamiento o a otros procesos como la habituación, la extinción, la expectativa o el refuerzo operante. A pesar de esto, la desensibilización sistemática sigue siendo utilizada en algunos casos, aunque ha perdido popularidad en comparación con las técnicas de exposición en vivo.

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El contracondicionamiento aversivo

Además de la desensibilización sistemática, existe otra forma de contracondicionamiento conocida como contracondicionamiento aversivo. Esta técnica busca asociar una conducta indeseada con un estímulo desagradable para que pierda su valor como reforzador.

El contracondicionamiento aversivo se utiliza comúnmente en la terapia de aversión para tratar adicciones como el alcohol, el tabaco, la marihuana y la cocaína. En el caso del alcoholismo, se utilizan fármacos como el disulfiram, que provoca respuestas fisiológicas desagradables al combinarse con el alcohol.

Además de los fármacos, también se ha utilizado la terapia aversiva de estimulación eléctrica para tratar el consumo de tabaco, marihuana y cocaína. Esta terapia consiste en administrar pequeñas descargas eléctricas al paciente cuando se encuentra expuesto al estímulo que provoca su conducta adictiva.

El contracondicionamiento aversivo en hábitos compulsivos

El contracondicionamiento aversivo también puede ser efectivo en el tratamiento de hábitos compulsivos como morderse las uñas o arrancarse el pelo. En estos casos, se busca asociar la conducta indeseada con un estímulo desagradable para que la persona pierda el deseo de llevar a cabo dicha conducta.

Tanto la desensibilización sistemática como el contracondicionamiento aversivo son utilizados en el tratamiento de fobias y adicciones. Aunque su eficacia ha sido objeto de debate, estas técnicas siguen siendo utilizadas en la práctica clínica para ayudar a las personas a superar sus miedos irracionales y adicciones.

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