El auge y declive de la lobotomía: una polémica intervención quirúrgica

Sumérgete en el fascinante y controvertido mundo de la lobotomía: un viaje a través de los logros y las sombras de una práctica que marcó un antes y un después en la medicina.

La lobotomía, una práctica médica controvertida que tuvo su origen en la década de 1930, es un tema fascinante que ha despertado el interés de muchos investigadores a lo largo de los años. En este artículo, exploraremos los aspectos más relevantes de esta técnica quirúrgica y sus implicaciones en el campo de la psiquiatría. Acompáñanos en este viaje al pasado y descubre cómo se desarrolló y cayó en desuso la lobotomía.

El nacimiento de la lobotomía: una intervención revolucionaria

En 1935, el neurocirujano y psiquiatra portugués António Egas Moniz realizó una intervención quirúrgica que cambiaría para siempre el panorama de la psiquiatría. Esta técnica, conocida como leucotomía, consistía en hacer dos agujeros en el cráneo e inyectar alcohol en el lóbulo frontal del cerebro. El objetivo de esta intervención era alterar las conexiones neuronales y, de esta manera, reducir los síntomas de los desórdenes mentales.

Esta práctica, que luego se denominaría lobotomía, ganó popularidad rápidamente en el mundo de la psiquiatría. Tanto es así, que Egas Moniz recibió el Premio Nobel de Medicina en 1949 por su contribución a esta técnica revolucionaria. La lobotomía parecía ofrecer una solución prometedora para los trastornos mentales, lo que llevó a su rápida adopción y expansión en diferentes países alrededor del mundo.

La lobotomía: una técnica arriesgada pero aparentemente eficaz

La lobotomía se llevaba a cabo dañando partes de la materia blanca del cerebro, específicamente los lóbulos frontales. La creencia era que al dañar estas áreas, se lograría reducir los síntomas de los desórdenes mentales. Aunque hoy en día sabemos que esta técnica era extremadamente invasiva y arriesgada, en aquel entonces se consideraba un avance en el campo de la psiquiatría.

El neurocirujano Walter Freeman fue uno de los principales impulsores de la lobotomía en los Estados Unidos. En 1936, Freeman importó la técnica a este país y la popularizó rápidamente. A diferencia de la leucotomía de Egas Moniz, Freeman realizaba la lobotomía a través de la órbita ocular, removiendo partes de los lóbulos frontales de cada hemisferio cerebral.

La lobotomía se extendió rápidamente y llegó a considerarse una herramienta útil en la medicina. No solo se utilizaba en casos de trastornos mentales graves, sino también en problemas de conducta y adolescentes desobedientes. Esta técnica, que en su momento fue considerada revolucionaria, permitía hacer menos evidentes los problemas de salud mental y evitaba la violencia física o psicológica hacia los pacientes.

La caída de la lobotomía: la llegada de los psicofármacos

A mediados de la década de 1950, la popularidad de la lobotomía comenzó a disminuir drásticamente. La aparición de los primeros psicofármacos, como los antipsicóticos y los antidepresivos, ofrecía una alternativa más eficaz y menos invasiva para el tratamiento de los desórdenes mentales.

Estos nuevos medicamentos permitían controlar los síntomas de manera más precisa y con menos riesgos asociados. Además, su administración era más sencilla y no requería intervenciones quirúrgicas invasivas. A medida que los psicofármacos se volvían más accesibles y eficaces, la lobotomía fue quedando en el olvido y dejó de ser considerada una opción viable en el campo de la psiquiatría.

Aunque la lobotomía fue prohibida en muchos países debido a los riesgos asociados y a la falta de evidencia científica sólida que respaldara su eficacia, aún se practicó en algunos lugares durante varias décadas después de su declive. La simplicidad del procedimiento y la falta de alternativas efectivas contribuyeron a que la lobotomía continuara siendo utilizada, aunque en menor medida.

La lobotomía, una técnica quirúrgica controvertida desarrollada en la década de 1930, fue considerada en su momento una revolución en el campo de la psiquiatría. A través de la dañina manipulación de los lóbulos frontales del cerebro, se buscaba aliviar los síntomas de los desórdenes mentales. Sin embargo, con la llegada de los psicofármacos, la lobotomía fue quedando en desuso debido a los riesgos asociados y a la aparición de alternativas más eficaces y menos invasivas. Aunque su práctica fue prohibida en muchos países, la lobotomía continuó siendo realizada en algunos lugares durante varias décadas.

Referencias bibliográficas:

  • Cosgrove, G. Rees; Rauch, Scott L. (1995). “Psychosurgery” Neurosurg. Clin. N. Am.
  • Martínez, Luis Antonio (2009). Terapia regresiva reconstructiva. Libros en Red.

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